miércoles, 24 de agosto de 2011

TRAVESÍA: BUJARUELO - VALLE DE ORDISO - VALLE DE OTAL

24 de agosto de 2011:

Excursión más o menos larga y destinada a excursionistas habituados a realizar rutas de varias horas y con cierto desnivel, pero que nos permite disfrutar de casi la totalidad de las bellezas del entorno de Bujaruelo en una sola jornada.


Acceso: para llegar a Bujaruelo deberemos tomar dirección Torla, y una vez cruzado el pueblo seguir por carretera hasta la caseta y barrera que cierra el acceso en vehículo privado a la entrada de Ordesa. En la rotonda se toma un desvío, ya por pista en buen estado que en unos 10 min. nos acerca hasta el parquin del entorno de San Nicolás de Bujaruelo.

Meteo: el termómetro del coche a la hora de inicio marca 16ºC, cielos parcialmente cubiertos.

Comenzamos cruzando el puente de San Nicolás y tomando la senda que por la margen izda. remonta las aguas del Ara.


Está senda está marcada como ruta ornitológica y GR (GR 11).


 La primera parte discurre muy próxima al cauce del Ara, bordeada por arbustos de bojes, servales, enebros y algún tejo....

Al ser primera hora podemos disfrutar de gran cantidad de aves como mosquiteros, lavanderas, mirlos acuáticos... (Tramo ideal para amantes de la ornitología y la botánica).


Al llegar a un desvío finaliza la senda, y tomamos una pista ancha con dirección 'Cabecera del Ara', que en suave pendiente nos adentra en un precioso bosque de avellanos, tejos, pinos y arces.


Poco después cruzaremos una valla para ganado, el bosque se acaba, la pista se abre y parece colgada sobre el cauce, a tramos excavada en la roca.


Aprovechar para disfrutar de la cascada del Otal


Vista hacia atrás

Pasado el tramo excavado en la roca, volvemos a adentrarnos en un bosquete dominado por las hayas, con algunos ejemplares de magnifico porte.



Barranco Salto de Pich


Una vez en la cabaña de Ordiso (1h 30 min desde la salida) tomamos una senda rota que desciende hacia el cauce del Ara, el cual cruzaremos por un puente de cemento, adentrándonos en el valle de Ordiso.


Valle del Ara, hacia el Vignemale


Refugio de Ordiso y senda por la que deberemos descender

La primera parte de este tramo tiene una fuerte pendiente, luego de forma ya más tendida, discurremos paralelos al barranco, ahora completamente seco, junto a pastizales para ganado vacuno.


En este momento un grupo de buitres bajan de la cabecera del valle, volando de manera espectacular a escasísimos metros del suelo y de nosotros. Un poco más adelante podemos disfrutar del planeo de un cernícalo, el cual nos rondará durante un buen rato.



Pico Mallarruego y paredones de la Montaña de Año.

Una pequeña cabaña para uso ganadero marca el final del valle. Desde aquí podemos ver el collado (en dirección sur) por el que pasaremos al valle contiguo.

Collado de Ordiso



No existe senda marcada ni hitos, o por lo menos son muy escasos, pero no hay pérdida posible si tenemos en mente el collado por el que debemos cruzar. Nosotros (Eduardo, un montañero vasco con el que me junté, y yo) vamos buscando el itinerario más cómodo para ascender en sucesivos zig-zags esta ladera.


Vistas hacia el macizo del Vignemale, que se muestra majestuoso, pero oculto tras las nubes.

Una vez alcanzado el collado, nos abrigamos para comer algo y disfrutar de las IMPRESIONANTES vistas que nos ofrece.


El valle de Otal sorprende por sus escarpadísimas paredes, con el Tendeñera dominando la panorámica hacia el sur.


Valle de Otal y pico Tendeñera

Podemos observar también el Vignamale, con sus heleros, los picos de Lourdes y Bernatuara y las paredes de Ordesa con el Taillón a la cabeza...


El descenso desde este collado hacia el valle de Otal,se realiza, según los mapas, pegados a la arista del Pico de Ordiso en dirección oeste (hacia nuestra derecha mirando hacia Otal) hasta alcanzar una variante del GR11 que viene desde Panticosa.



Nosotros buscamos un itinerario más corto y que nos permita avanzar sin llegar al fondo del valle, evitándonos parte de la aburrida pista que llega hasta el refugio que se encuentra al fondo del valle.



 Vacas hacia el collado de Tendeñera



 Valle glaciar colgado de Otal

 Puerto de Bujaruelo o Gavarnie, con el Taíllón

 Vista hacia atrás, pista de Otal

Una vez llegados al Collado de Otal podemos observa frente a nosotros el camino que hemos trazado esta mañana:


Podemos optar por seguir la pista, que realiza varias lazadas con lo que se incrementa la distancia recorrida, hasta el Puente de Oncins; o bien, seguir alguno de los senderos que descienden La Femalla, por antiguos prados hoy invadidos por bojes y servales




 Vista del infame tendido eléctrico que viene desde Gavarnie

Ya queda poco para llegar al final de la ruta; nosotros hemos seguido por el sendero en vez de por la pista, así que nos toca descender unos últimos metros hasta alcancar la pista principal, que, esta vez por la margen derecha del Ara, nos llevará hasta nuestro punto de inicio.




Horarios:
Salida parquin Bujaruelo: 8:45
Cabaña de Ordiso: 10:15
Refugio final del valle: 11:10
Collado de Ordiso: 12:30
Pista de Otal: 14:10
Llegada parquin Bujaruelo: 15:30
Total (incluidas paradas): 6 h 45 min


Descarga del track

Datos GPS:
Ascenso total (acumulado): 970 m.
Altura max: 2.277 m
Ctakm tray: 18,1 km
Veloc max: 10,1 km/h
Tiempo mov: 4 h 57 min
Detenido: 1 h 35 min
Media en mov: 3,6 km/h

miércoles, 27 de julio de 2011

ASCENSIÓN A LA PEÑA MONTAÑESA (2.280 m.) POR LA CARA NORTE

27 de julio de 2011:

Ascensión fácil a uno de los miradores imprescindibles del Sobrarbe. La variante por la cara norte permite un rápido ascenso (menos de dos horas, frente a las 3 y media de la ruta normal) y un cómodo descenso a través de un largo canchal. Eso sí, es corto pero duro ya que se ascienden 790 m. de desnivel en 2 km de recorrido. El cartel que hay al inicio indica que no es una ruta apta para senderistas no entrenados.

Por desgracia no hay fotos, que la cámara murió en Añisclo...

El acceso se realiza desde Laspuña, por carretera hasta Ceresa, donde se toma al inicio del pueblo una pista con dirección a La Collada (1.550 m.). En coche (apta para turismos altos) calcular una media hora, y andando una hora y media o dos, dependiendo de si vamos por atajo o seguimos la pista sin abandonarla.
En azul se muestra la subida, en rosa la bajada

Dejaremos el coche en La Collada, junto a la fuente y un panel de información geológica de la zona, donde suele haber ganado suelto. El inicio del sendero está indicado por una señal, y comienza por un pequeño claro que pronto se interna en un bosque mixto de pinos y quercíneas.
Pronto abandonaremos el bosque (15 min.) para comenzar el ascenso por el canchal, que en su primera parte sigue un marcado ascenso en zig-zag y que sobre la cota 2.000 empieza a difuminarse el sendero y se hace bastante inestable. La progresión es siempre incómoda, un pasito para alante... medio para atrás, por lo que la ayuda de unos bastones nos vendrá de maravilla. En la parte final deberemos tomar una pequeña canal, en la que podremos progresar ayudándonos de las manos.
Saldremos a un pequeño collado (2.180 m.), que deberemos memorizar para volver por el mismo punto, que yo a la vuelta me lo pasé y tome dirección a la cresta de la Tuca.
Enseguida divisaremos las muchas sendas que asciende hasta la cima desde la ruta normal, deberemos seguir la que nos parezca más cómoda hasta alcanzar la cima, en la que encontraremos un buzón y un mojón de piedras. Inmejorable mirador de gran parte de la comarca, con la Peña Solano al noreste, Mediano al suroeste, y Añisclo y las Tres Sorores al norte.


Horarios:
Inicio pista: 12:10
Fin de pista (La Collada): 12:35
Inicio del ascenso a pie: 12:50
Fin de bosque, inicio canchal: 13:05
Cima: 14:30
La Collada, fin de excursión: 16:10
Total (incluidas paradas): 4 h

Datos GPS:
Altitud mín: 1.550 m. Altitud máx: 2325 m. (2.280)
Desnivel: 790 m.
Ctakm tray.: 4,74 km.


Nota: Al ser una ruta poco frecuentada es fácil ver animales con cierta proximidad, yo pude disfrutar de la presencia de tres sarrios a escasos 30 metros de mí en plena pedriza, que se mostraron más curiosos que yo. En la cima dos acentores alpinos dieron buena cuenta de las migas de mi bocata.