sábado, 23 de octubre de 2010

FERRATA DEL SORROSAL

23 de octubre de 2010:

Aprovechando que por motivos de estudio tengo que hacer una visita al valle de Escuaín, Juanma y yo destinamos la mañana a realizar la tan famosa ferrata del Sorrosal. No esperamos que esté tan solicitada como en época estival, cuando un rosario de personas, con y sin guía, la recorren a diario.

Acceso: La ferrata del Sorrosal, se encuentra en las proximidades de la localidad de Broto. Para llegar hasta allí desde Huesca tenemos dos opciones: o bien, continuar por la A-23 hasta Sabiñánigo, luego hasta Biescas (N-260) y por el puerto de Cotefablo (A-1604) hasta Broto; o bien tomar dirección Barbastro (A-22), Aínsa (A-138) y Broto (A-1604). Es de esperar que no tarden mucho en abrir el nuevo tramo Sabiñánigo-Fiscal, que mejorará considerablemente las comunicaciones del Valle.

Para acceder a la ferrata: una vez en Broto, coger la HU-V-3201 con dirección a Oto, justo antes de cruzar el puente hay un pequeño parking a mano izquierda. Ojo! en época estival suele ser imposible aparcar dentro de Broto, existe una gran explanada a la salida del pueblo en dirección Boltaña. Desde este aparcamiento nace un sendero de cemento junto al río que nos lleva al inicio de la ferrata.



Este tramo del sendero nos permite disfrutar de la vegetación, de la fauna asociada al remanso que hace el río en este tramo, y de algunas cascadas, quizás más espectaculares en momentos de mayor humedad.


 

Comenzamos! Espero no aburriros, que esta vez hay una cantidad ingente de fotos. Nuevo formato, a ver qué tal queda.

Admirando la cascada de Sorrosal, y trazando el recorrido.
Preparados para empezar, seremos los segundos.

Los de delante comienzan a ascender.
Así nos hacemos una idea de por donde va la vía.



En la escalera-puente flexible.
 


En la primera parte podemos progresar fácilmente.
 
Ganamos altura ayudados por clavijas y grapas.

Un tronco nos ayuda en terreno resbaladizo
 
Atravesamos un terreno variado, muy húmedo.


Vemos el tramo más vertical.
 
Vamos ganando altura poco a poco.

 

Un pequeño tramo de escalera nos deposita en una estrecha faja
 

Ojo, que aunque es fácil resbala mucho. Vigilar los mosquetones, acordaros de limpiar bien los muelles de cierre dado que entra algo de barro.
 

Ya estamos ante la esperada escalera, 5 tramos, con dos secciones desplazadas a la izquierda
 
 

 
Mientras los de delante llegan al túnel, Juanma se prepara para empezar a subir.
  


Mirada hacia abajo

Con Broto al fondo

En la boca del túnel, que forma parte del abastecimiento de Broto. Aunque es corto, prever un frontal para evitar resbalones y mojarnos los pies (sobretodo en invierno).
 

Intentando no mojarme los pies, y curiosa salida del túnel, con encanto.




Salimos del túnel y esto es lo que se ve, un precioso barranco, con el siguiente paso entretenido: un pequeño puente tibetano.







A la salida del túnel, y esperando mi turno antes del puente.






El rincón y el tramo más bonito de la ferrata.


Ahora, tras una travesía sobre las frías aguas del Sorrosal, vamos a ir ganando unos metros de altura, hasta llegar a lo alto de la cascada.

Una vez allí hacemos un alto para disfrutar del entorno y picotear algo. Aprovechamos para meternos un poco aguas arriba, a investigar qué tal.

El siguiente tramo comienza con un resalte que deberemos superar con ayuda de las grapas



A la derecha podemos ver sobre la cascada a la pareja que nos precedía.
 


Otra corta travesía horizontal y llegamos al mirador de Broto:
 
 

Desde este punto nos queda superar con ayuda de una cadena un pequeño murete inclinado. La línea de vida se acaba, así que colgamos los mosquetones del arnés, pero... la ferrata aún no ha terminado. Despúes de unos minutos por u bosquete de quejigos (no tiene pérdida)...
 
 

Alcanzamos el último tramo, que discurre por un ambiente muy seco, aprovechando una pequeña faja formada sobre el flysh:

 
 

Esta parte no tiene ningún interés, un par de grimpadas y poco más. Lo que si merece la pena son las vistas sobre la cascada y la primera parte de la ferrata:

 


Y ahora sí que sí, la ferrata ha llegado a su fin. Acabamos en un pequeño prado, desde el que poder observar las paredes del cercano valle de Ordesa, con el Tobacor destacando por encima de todas ellas. Descenderemos al pueblo por una senda, algo rota, que en 15 minutos nos deja junto al parquin donde hemos dejado el coche.



 



Y después, para rematar la jornada... una más que recomendable visita al río Bellós, que ya se viste con sus galas otoñales: