martes, 12 de julio de 2011

VALLE DE AÑISCLO (HASTA LA RIPARETA Y UN POCO MÁS)

12 de julio de 2011:


El Cañón de Añisclo es posiblemente uno de los parajes más espectaculares de Aragón. Se trata de una profunda garganta, un gran cañón excavado por la acción erosiva del río Bellós que abre una enorme grieta entre el macizo de Monte Perdido y el valle del Cinca.


Para llegar hasta aquí, desde Huesca tomaremos la autovía A-22 hasta Barbastro. Desde aquí tomamos dirección Aínsa por la A-138, carretera por la que seguiremos una vez cruzado Aínsa hasta Escalona. Allí, en la rotonda giramos a la izquierda y  tomamos  la HU-631, que nos llevará hasta Nerín, pasando por el Cañon de Añisclo.


Al poco de pasar la localidad de Puyarruego la carretera se interna ya en el cañón. Esta primera parte es conocida como el Desfiladero del Bellós o de Las Cambras. Aprovechando algunos de los apartaderos que nos podemos encontrar hago alguna foto de estos rincones de gran belleza.



Destaca una gran población de una planta atrapamoscas, la Pinguicola longifolia, justo a la entrada de un túnel.

Para iniciar nuestra excursión dejaremos el coche preferiblemente en la explanada destinada a tal efecto, junto a una curva cerrada y pronunciada. Si ya antes de llegar vemos coches aparcados en la orilla de la carretera, podemos dejarlo en el primer hueco que veamos ¡que luego no podemos dar la vuelta!. Eso sí, siempre bien pegadito a la pared para dejar paso a caravanas y autobuses (muy habituales en verano).

Nuestra ruta comienza unos metros antes de la explanada, en un ancho camino cerrado con cadena donde hay varios postes indicativos:


Cruzaremos el Puente de San Úrbez, el que tenga vértigo que no se asome...



Y enseguida llegamos a la ermita del mismo santo.


Desde aquí podemos realizar una bonita y corta circular, visitando varios molinos antiguos y el río Aso, que nos llevará unos 45 minutos (por la izda.)


o  bien tomar, como es mi caso, el camino de la derecha y remontar el valle del Bellós, en dirección a la Ripareta o la Fuen Blanca.

Este primer tramo en sendero es ancho y con buen firme, ya podemos ir disfrutando de vistas sobre el Mondoto:

Sestrales:

o de las cascadas de Sangons:



Una vez cruzado el puente de madera el sendero, o pista, se estrecha, al igual que hace el valle, y comenzaremos a notar que ya no andamos por un terreno llano:






Durante todo el recorrido podremos ir disfrutando de una variada flora, como esta Flor de lis (Lilium martagon)

o de la Grasilla (Pinguicola longifolia)


A través de una pasarela metálica se llega a un gran llano, llamado Cumaz, donde el camino discurre junto al río. Podemos remojarnos los pies o llenar nuestras cantimploras, dado que hay una fuente, aunque en verano baja muy poca agua.



Recomiendo dejar el sendero y asomarse hasta el río (aunque sea a la vuelta), en el punto en el que forma un espectacular salto de agua




Retomamos la senda, y tras algún repecho pasaremos junto a un enorme y milenario tejo:


Iremos cruzando algún que otro barranco lateral, y aunque podemos oír el rumor del agua será difícil verla por la densidad de la vegetación formada por hayas, arces, tilos, avellanos...


Lazada tras lazada vamos ganando altura, de hecho en algunos puntos el camino toma una fuerte pendiente:


Llegamos enseguida a un lugar conocido como Selba Plana, donde encontraremos pequeños prados y un pequeño mirador hacia los impresionantes cortados y el fondo del valle. Un poquito más adelante existe  otro mirador, este ya acondicionado, donde podemos disfrutar de las paredes de los Sestrales. Es un buen punto desde el que observar aves como el quebrantahuesos, buitre leonado, alimoche u otras rupícolas como el esquivo treparriscos.



Desde este punto y en suave descenso enseguida alcanzaremos los llanos de la Ripareta (1.405 m.). El valle se abre, justo en la confluencia con el barranco de la Pardina, elaborando unas preciosas cascadas escalonadas.






Desde este punto el camino continúa hacia la Fuenblanca y el Collado de Añisclo, aunque la mayoría de los senderistas suelen darse la vuelta tras descansar junto a las aguas del Bellós.

Yo sigo por un sendero que se interna en un tupido bosque de hayas, arces y tilos.


Aparece ya bastante más desdibujado, se nota que son menos los senderistas que se internan por aquí.
Y aunque nos permite contemplar estampas como esta...


 el sendero es cada vez más estrecho..


y hasta deberemos trepar en este punto


Continuaremos disfrutando de cascadas, como ésta del Brco. de San Vicenda, que tiene que ser espectacular en primavera


o esta otra, que deberemos cruzar



La senda es en alguno punto muy estrecha, y al discurrir por una ladera sumamente inclinada deberemos estar muy atentos a cualquier traspiés. De hecho me crucé con unos chicos que se daban la vuelta al sufrir uno de ellos de vértigo.


Anunciaban tormentas, y ya son casi las 3 de la tarde, así que como no tengo ningún objetivo en mente y comienzo a oir truenos lejanos, en este punto me doy la vuelta, que no me apetece pasar por los tramos más delicados con lluvia


La Fuenblanca debe quedar como a unos 40 minutos desde este punto, queda pendiente para otro día.

La vuelta la realizo sin prisa, disfrutando de la belleza de cada rincón



Poco antes de llegar al puente de Sangons me asomo al río para refrescarme los pies y tomar alguna foto...
Maldita la hora en la que lo hice, estas son las dos últimas imágenes que pude tomar, la cámara se calló al agua ella solita y ya no se ha recuperado...





Datos GPS:
Altitud mín: 900 m. Altitud máx: 1590 m.
Desnivel: 720 m.
Ctakm tray.: 9,74 km. (ida)
Veloc max.: 9.6 km/h
Tiempo mov.: 3 h 15 min  Detenido: 2 h 44 min

Mapa:

Descarga el track aqui

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